martes, 18 de diciembre de 2012

Las Morenitas, un sentido de la chilenidad en el siglo XXI

Las cantoras, un estilo de vida.
El término de cantora tiene en Chile una connotación socio-cultural importante que nos traslada inevitablemente a los campos de la zona central de nuestro país. Una cantora forma parte de un universo donde a una mujer le toca ser de todo un poco: partera, rezadora, meica, santiguadora, tejedora, alfarera, amasandera, compositora de huesos, de manera que el canto es sólo una parte más de su vida. Sin embargo, lo que por esencia define a una cantora es que esta sea una vocalista y a la vez, una instrumentista capaz de acompañar su propio canto.

En general, una cantora se especializa en un determinado tipo de canto. Su repertorio lo aprende en forma empírica, comúnmente heredado de algún familiar o aprendido de señoras antiguas de su comunidad. Algunas son buscadas para cantar en velorios de angelito, otras sólo cantan en fiestas familiares. O bien, otras adquieren fama en la animación de rodeos u otras fiestas campesinas.
En un contexto donde los nuevos medios tecnológicos han desplazado la función social de las cantoras, el rodeo se erige como una de las instituciones donde sigue existiendo un espacio en el cual ellas y su canto siguen teniendo una gran importancia. Uno de los géneros musicales más interpretados en estos eventos es la tonada, acompañada de canciones y otras danzas, como la cueca.[1]

En la actualidad, dentro de la práctica de las cantoras de rodeo aun vigentes, contamos con el tesoro patrimonial del grupo Las Morenitas, fundado y dirigido por Isabel Fuentes Pino. Ellas cuentan con una dilatada trayectoria e influencia que ha repercutido en muchas otras cultoras del estilo. En este sentido, son un testimonio vivo de una época y una generación de cantoras, cuyo patrimonio se conserva gracias al trabajo de este conjunto.

Las Morenitas: casi 60 años de historia ininterrumpida.

Isabel Chabelita Fuentes, nacida en Santiago en la década de los ‘30, siempre se ha distinguido por tener una voz privilegiada. Además de su canto, es una guitarrista y arpista excepcional que ha sabido mantener vivo el sonido del arpa tradicional. Inició su labor artística en 1950 como la única vocalista femenina del famoso conjunto “Los Provincianos”. Junto a Petronila Salinas y Laura Yentzen funda en 1954 el trío “Las Morenitas”. En 1964 aprende arpa de su compañera Petronila, quien, a su vez, traía la técnica y estilo del recordado Pepe Molina, que impuso en nuestro ambiente una forma de interpretación típicamente campesina, heredada de las cantoras de la Sexta Región.[2]

Fue precisamente el guitarrista y arreglista de Los Provincianos, don Mario Oltra, amigo del padre de Chabelita, quien las bautizó de esta manera al oírlas ensayar. En aquellos días, el gran sueño de Las Morenitas era convertirse en grandes cantoras de rodeo. Gracias a su abundante talento, en 1956 publican su primer disco titulado “Ranchito de totora”, por el Sello Odeón, el cual tuvo gran repercusión en el público, siendo lanzado en las más destacadas localidades santiaguinas, y cuyas canciones más recordadas fueron  “Cuando topea mi taita” y Ranchito de totora”.

Durante esa década, continuaron con abundantes presentaciones en vivo y en directo en diversas radios capitalinas (Agricultura, Cooperativa Vitalicia, Portales, Nuevo Mundo), en locales nocturnos del Santiago de aquellos años (“Taberna Capri”, “El Bodegón”, “Goyescas”, “Club de la Medianoche”, “El Pollo Dorado”) y en giras artísticas recorriendo todo el país. Una de ellas fue la organizada a inicios de la década de los ‘70 por René Largo Farías, cuyo objeto fue llevar a los más destacados artistas del folklore chileno, entre los que también se encontraban Héctor Pavez e Hilda Parra, al extremo sur de nuestro país. Gracias a esta gira, llegaron a presentarse en ciudades tan australes como Aysén, Puerto Natales, Punta Arenas, Puerto Williams y Tierra del Fuego.

En unión con la intensa actividad dentro del circuito formal del arte musical de la época, “Las Morenitas” no dejaron de presentarse en la gran mayoría de las localidades del país donde pervive hasta nuestros días la práctica del Rodeo chileno. Entre ellas, las ciudades más importantes fueron Calama, Vallenar, Copiapó, la Serena, Ovalle, Los Andes, San Felipe, Rancagua, Rengo, San Vicente de Tagua-Tagua, San Fernando, Curicó, Talca, Curepto, Angol, Concepción, Talcahuano, Valdivia, Osorno, Castro, Dalcahue y una infinidad de otros pueblos y ciudades de Chile. Esta actividad colmó la mayor parte de su carrera artística durante las décadas del ‘70 y ‘80, llegando a ser las cantoras oficiales del Champion de Chile, en la Medialuna Monumental de Rancagua por más de 20 años.

Debido a su intenso trabajo “Las Morenitas” llegaron a transformarse en las cantoras de rodeo más destacadas de Chile, siendo reconocidas por ello hasta la actualidad. En el mismo decenio editaron otros dos larga-duración titulados “Estas son Las Morenitas” y “El Compadre Chaplín” junto al dúo “Leal del Campo”, incorporando géneros tan tradicionales como la cueca y la tonada. A estos LP, se une a mediados de los ‘70 el interesante aporte discográfico “Canto a Sudamérica” (donde participan Isabel Fuentes y Juana Vergara), editado para su venta en México por el sello Rex y en Estados Unidos por el sello Gass. Con este trabajo fonográfico, el dúo amplía su repertorio a la enorme diversidad de formas folklóricas musicales de nuestro continente. En paralelo, grabaron para el sello Odeon el disco "Cuecas pal Rodeo". A fines de los años ’70, editan en formato cassette, con el título “Las Morenitas en rodeo”, una grabación que recogió, tal como su título lo indica, la espontaneidad y repertorio más tradicional interpretado por las cantoras en el Rodeo. En último término, la década de los ’80, Chabelita y Juana graban un cassete inédito en la ciudad de San Vicente, con el título de “Corazón de mujer”, en el cual incorporan la habanera, el estilo, la canción y la zamba argentina. Este ultimo trabajo espera ser prontamente dado a conocer por medio de este blog.

En la actualidad, Las Morenitas, radicadas en San Vicente de Tagua-Tagua, conforman un cuarteto compuesto, además de Chabelita (82 años), por Laura Yentzen (80 años, y también una de sus fundadoras originales, y las cultoras sanvicentanas Fani Flores (60 años) y Emilia Ramírez (47 años), oriunda de Isla de Maipo.

En San Vicente de Tagua-Tagua, se han presentado en las conmemoraciones de las Glorias Navales, en la Plaza de Armas, y en el aniversario de muerte del famoso corralero sanvicentano Pepe Larenas, realizado en la Medialuna Local. En la comuna de Peumo, han participado en las Fiestas de Arte y Cultura organizadas por la Municipalidad y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Finalmente, podemos encontrar el valioso aporte de Las Morenitas a nuestro patrimonio musical en el Archivo de Música Tradicional del Museo Regional de Rancagua, trabajo realizado bajo la dirección del destacado músico Marcelo Vidal con la supervisión de doña Carmen del Rio, disponible en la página web de la institución.

Junto con su actividad de ensayos semanales lectivos, hoy esperan cumplir el sueño de ver realizado un proyecto de grabación discográfica –esta vez en formato CD–, que resuma la sabiduría y virtuosismo de las voces femeninas del canto campesino que ellas cultivan.


- Las  Morenitas, San Vicente de Tagua Tagua, Diciembre de 2012 -
De derecha a izquierda, Fani Flores, Chabelita Fuentes, Emilia Ramírez y Laurita Yentzen.



[1] Loyola, Margot. La tonada: testimonios para el futuro. Valparaíso: Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, 2006, pp. 27-29. Impreso.
[2] Ídem, pág. 71. Impreso.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Las Morenitas

Las Morenitas son la agrupación de cantoras de rodeo vigente más antigua del país. Fundadas en la ciudad de Santiago en 1954 por Isabel Fuentes, Laura Yentzen y Petronila Salinas, mantienen la fuerza y el tesón de su canto tradicional, representando la astucia, el vigor y la picardía de la mujer chilena campesina. Hoy, Las Morenitas Cantoras se radican en San Vicente de Tagua-Tagua y se conforman como un cuarteto, integrado por Isabel Chabelita Fuentes, Laurita Yentzen, Fani Flores y Emilia Ramírez.